9 de diciembre de 2009

°°° Efecto Tyndall: Espejos de luz °°°
Itzel Ortega Salgado

“Cuando el niño era niño era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy tu? ¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el Sol es tan solo un sueño?
Lo que veo, oigo y huelo, ¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?”

- Peter Handke

Existen preguntas que nos persiguen desde que somos pequeños. Muchas de ellas aun no encuentran su respuesta; otras tantas tienen explicaciones igual de asombrosas como la pregunta misma. ¿Cuál es el causante del color azul del cielo? ¿Y, porqué tiene este color el mar? ¿Cómo es que vemos, en realidad, cualquier tipo de color? Son preguntas que siguen a los niños igual que la curiosidad en sí misma persigue al humano.

Para conocer la forma en que somos capaces de ver los colores, tenemos que definir cómo es que podemos ver la luz y dejar en claro que ésta, por sí sola, no es visible. La luz es un flujo de energía en forma de ondas, que por sí misma es indetectable al ojo humano. Entonces, para que la luz sea llamada luz, necesita ser un tipo de radiación de energía que cause un efecto en el ojo, es decir, que pueda verse.

Para que el humano pueda notar la luz, ésta debe entrar en contacto con alguna partícula que la refleje. Un caso en el que el ojo humano puede ver la luz consiste en que cuando ésta entra en contacto con ciertas moléculas (las moléculas son un conjunto de partículas) llamadas micelas. Estas son de tamaños mayores a los de otras partículas y constituyen gracias a su tamaño, los sistemas coloidales. Los sistemas coloidales (pueden ser emulsiones o suspensiones) presentan un aspecto turbio debido a la facilidad con la que se pueden ver a simple vista las micelas suspendidas en el medio. La luz, al entrar en contacto con una de estas moléculas, cambia de dirección gracias a que tiene un medio con el cual chocar. Una vez que la luz ha chocado con la molécula, esta la refleja y transmite a otra molécula. Esto se repite de nuevo con todas las moléculas que hay en el medio, y así, de reflejo en reflejo se dibuja el haz de luz.


Esto es el efecto Tyndall: gracias al reflejo de luz que hay entre micela y micela, el haz de luz puede ser dibujado en el medio para que podamos verlo.

Las micelas entonces son como espejos de luz.

¿Dónde puedo encontrar un sistema coloidal en el medio en que vivo?

A nuestro alrededor hay tantos ejemplos de soluciones coloidales, que prácticamente casi todo lo que nos rodea da un reflejo de luz. ¿Has visto cómo en una habitación oscura cuando entra un rayo de luz, podemos ver las partículas de polvo suspendidas en el aire? ¿Has visto también cómo pasan los rayos de Sol a través de las nubes? ¿Y, qué me dices de la luz de los focos de los carros cuando hay mucha neblina? Bueno, todos estos son medios coloidales: las nubes, el humo, y también el aire con partículas de polvo de nuestra habitación. La trayectoria de los rayos de luz que atraviesan estos medios se hace visible por la reflexión de la luz sobre las partículas suspendidas.

Ahora que sabemos cómo es que podemos ver la luz, quizás surjan otras preguntas como ¿por qué la luz puede tener distintos colores? ¿Por qué vemos distintos colores en lo que nos rodea? Y específicamente ¿porqué el cielo tiene ese color azul y porqué cambia su color con los amaneceres y atardeceres?

El mar de aire que nos rodea constituye un manantial inagotable de asombro para nuestros ojos. Como el azul de una mañana y el rojo de un atardecer: lo que ha hecho que el ser humano se deleite y se inspire para crear obras de arte. Pero, ¿de dónde vienen estos colores? ¿Qué los origina? ¿Por qué cambian con el transcurso del día? Para comenzar a explicar todo esto es necesario decir, de una vez y antes de todo, que la belleza del cielo no es más que la interacción de los rayos de luz (que provienen del Sol) con las partículas suspendidas en la atmósfera.

Todo depende de los rayos de luz del Sol y las partículas en la atmósfera. Para explicar el color del cielo imaginemos que cuando un rayo de Sol atraviesa alguna de las partículas que hay en la atmósfera, el rayo de luz se descompone en todos los colores del arcoíris, y al ser el color azul el que se difunde mas fácilmente, las partículas funcionarán como espejos y el color azul se reflejará de una partícula a otra.

¡Cuando al fin podemos percibir todo esto con nuestros ojos, no parece que la luz venga del sol, sino que nos llega de todas partes del cielo como en forma de lluvia!



1 comentario:

  1. Hola Itzel,

    Paseaba por aquí y me encontré lo de la luz y tus colores! jejeje. Se ve que está muy padre esté taller de divulgación de la ciencia! Saludos!!

    Adriana la que fue a San Diego con lo de los murciélagos, beso

    ResponderEliminar